Carlos A. La Rosa Lama
Ahora
casi todos hablan del conocimiento y diversificación del comercio exterior
haciéndolo depender casi exclusivamente de las ventajas competitivas, dejando
de lado cuando no desdeñando de nuestras ventajas comparativas, que sí las
tenemos abundantes y diversificadas.
Cuando
Michael Porter al frente de su empresa Monitor hizo un estudio sobre
posibilidades de impulsar nuestras exportaciones trabajó sobretodo en base a nuestras
ventajas comparativas, que no son opuestas a la utilización de las ventajas
competitivas que por la muy escasa inversión que hacen el Estado y el Sector
privado, son escasas y poco sostenibles frente a las inversiones en ciencia y
tecnología que sí hacen otros países incluyendo a nuestros vecinos.
Hasta
el presente apenas unos pocos países son respaldados por la marca Perú, y es
casi nulo el esfuerzo sistematizado que hacen las diversas regiones y ciudades
en cuento a marketing de regiones y ciudades se refiere. Cada una de las
regiones o más fácil e identificable, cada departamento tiene diversas ventajas
comparativas que pueden ser explotadas con incrementos significativos en un
comercio intranacional e internacional. Es hora que los gobiernos regionales y
gobiernos locales hagan estudios en serio dentro de sus planes de
competitividad y de marketing, si los tienen y hagan alianzas estratégicas al
interior de sus jurisdicciones o fuera de ellas para trabajar igualmente en
serio en la promoción y apoyo del desarrollo humano y sostenible de sus
conciudadanos, sus empresas y organizaciones sociales.
Bien
sabemos que algunos sectores, como la minería especialmente son intensivos en
capital, mientras que otros, como la agroindustria, son intensivos en mano de obra;
que unos pueden tener mayor impacto negativo en la biodiversidad, mientras que
otros, menos; que es necesario estar al día en las oportunidades que brindan
diversos mercados exteriores en la explotación nacional de los bosques y el
turismo en múltiples manifestaciones y usos.
Así
pues de manera inmediata podemos formular un plan de desarrollo con uno nacional
de nuestras ventajas comparativas para luego dar más cabida a desarrolladas
ventajas competitivas logradas con inversión de dinero, esfuerzo y tiempo, con
mejores programas de capacitación y valoración de recursos humanos con
financiamiento adecuado a lo que puede ayudar de forma decidida el Banco de la
Educación que debe crearse con participación de los sectores público y privado.
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